Transparencias de verde satén


Parliament Square, revueltas estudiantiles (Londres, diciembre 2010).

Por fin. Ya he terminado de leerme los más de 250.000 cables (filtraciones o documentos confidenciales) publicados por WikiLeaks para desnudar los entresijos de las políticas internacionales y destapar los tejemanejes de los poderosos. Unos cuantos periódicos han lanzado extensos reportajes para que aprendamos cómo eran las relaciones internacionales antes y lo que podría cambiar con las filtraciones, unas que pueden trastocar los planes de países como Irán y Corea del Norte y otras que más parecen de prensa rosa.

Conocí WikiLeaks hace dos años en una charla del periodista José Cervera en la ESI de Ciudad Real. Venía a defender su hipótesis: Internet es la panacea de la democracia y la participación ciudadana sin restricciones de libertad debido a que su desarrollo corrió a cargo de los hippies californianos de la época (tipo Steve Jobs o Gates), pero una sociedad como la nuestra no puede permitir un elemento como Internet, tan en contra de los intereses de las grandes compañías: ¿cómo va a aceptar Vodafone la existencia de Skype? ¿Qué opinan las discográficas y editoriales de la cultura gratis de hoy día, del eMule, de los los e-books, de MegaUpload, etc? ¿Cómo se puede permitir la existencia de la mayor enciclopedia de la historia (Wikipedia) creada de forma voluntaria y participativa? Y mil ejemplos más, entre los que se encontraba WikiLeaks, que ya ofrecía entonces documentos confidenciales tanto estatales como empresariales.

No me quiero imaginar cuánto dolerá a las altas esferas y a las grandes multinacionales ese monstruo abominable llamado La Red. Y como les molesta, parece ser que tienen intención de pararle los pies. Más de uno por aquí quizá no haya oído hablar de la Red Neutral, que a grosso modo significa que la ciudadanía quiere garantizar que los proveedores de acceso a Internet no pongan trabas a la libre transferencia de datos por la Red. Sin embargo, como apuntan en Microsiervos, «el gobierno español ha dejado claro que no está por defender la neutralidad de Red, que no parece tener ninguna prisa por que el acceso a Internet de banda ancha sea un servicio universal, y que en general nuestros políticos carecen de la más mínima idea de lo que es Internet.» Esto podría provocar que en un futuro cercano, si no se aprueba una legislación acorde con la defensa de una red neutral, los proveedores podrían ser dueños de las páginas web a las que tienes acceso o penalizar el acceso a algunas o hacerte pagar por otras.

Mientras unos luchan por las filtraciones o por la neutralidad de la red, los irlandeses se revelan contra los recortes presupuestarios obligados por Europa para compensar el rescate financiero, y los británicos se levantan contra la subida de tasas de estudio que pretende analfabetizarlos mejor que nunca, y los italianos se han cansado de los hilos que mueve la sonrisa de Berlusconi. A nosotros todo eso nos da igual, qué pereza levantarse, si van a hacer lo que quieran, si siempre somos las víctimas, para qué mover un dedo, dame vino.

Y entonces seguro que no existiría WikiLeaks y todos estarían más abrigados y habría menos transparencia.

Pero, en el extremo opuesto, ¿te imaginas que todo en el mundo fuese tan transparente como parece pretender Julian Assange, promotor de WikiLeaks? ¿Qué pasaría si cuando te levantas por la mañana tu mujer está leyendo un informe con los cables que revelan lo que has hecho y pensado durante el día anterior?

Dublín II: pub crawl

Guiness en 568 ml.
Pintas de Guinness, Gravity Bar, Dublín (diciembre 2010).

Eso del crawl me suena al estilo libre de natación, y entonces deduzco que no me apetece nadar por los pubs. Pero resulta que es peor, crawl significa «arrastrarse, ir a gatas». Creo que puedo intuir de qué va eso de hacer un pub crawl, aunque en mi pueblo lo llaman de otra forma, será que los dublineses son más elegantes.

El elemento indispensable que necesitas para hacer un pub crawl es un buen bolsillo, porque los irlandeses se han pensado económicamente poderosos y han subido los precios hasta un nivel que ni ellos mismos pueden soportar (¿austerity budget? que cada uno recoja lo que haya sembrado). Otro elemento de agradecer aunque no imprescindible es una buena compañía, aunque los auténticos expertos en el tema deambulan solitarios de pub en pub buscando ¿a Godot?

Luego tienes que elegir una bebida, aunque en Dublín forma parte de la idiosincrasia que la elección sean esas porciones de cerveza negra Guinness de 568 ml. Me ha sorprendido ver la cantidad de jóvenes que, sin embargo, optaban por beber una especie de sidra con hielo (irish cider, marca Bulmers) o una cerveza rubia light tipo Foster’s o Becks Vier, «¡cómo cambian los tiempos!¡qué traición a la tradición!» entonarán muchos.

Y luego tienes que elegir la ruta de pubs, aunque siempre se termina improvisando y despreocupándose por las condiciones del local. En unos habrá música en vivo, en otros habrá un sosegado silencio atractivo, en otros olerá a comida y en otros a tapices orientales, pero en todos la luz será tenue y el camarero te mirará repetidamente cuando te queden un par de dedos de pinta para que le hagas un gesto y te ponga otra de forma discreta sin importarle que sea la segunda o la vigésimosegunda, no les gusta que escandalices, pero a cambio te compensan con una dedicación atenta y grata conversación si el alboroto del local lo permite.

Las guías de viajes señalan qué pubs merecen más la pena, aunque la única diferencia entre los que reseñan las guías y los que no radica en la popularidad: aquellos estarán abarrotados, tendrán música en vivo, ofrecerán las típicas ostras con pan negro para picar, venderán merchandising del local y te tirarán la pinta de forma aséptica. El resto son la incertidumbre de pagar un euro más por la pinta o de conocer a un borrachín que hace dos décadas era piloto de AirLingus y lo dejó por ir a Senegal con una nativa diplomática o de descubrir a la camarera con los ojos del azul glaciar más intenso de Dublín o de comer el sandwich menos apetecible de todo el país.

Tomes la decisión que tomes las pintas siempre estarán de tu lado, como repite Flann O’Brien en su célebre A Pint of Plain is Your Only Man.

Lánzanos

Plaza Mayor
Plaza Mayor fría al atardecer, Ciudad Real (octubre 2010).

Una amiga me vendió hace unos meses la posibilidad de vivir de las ideas como plan de futuro si las perspectivas me fallaban. «El mundo de las ideas no es tan grande, no te creas, no te imaginas lo poco original que es la gente» o algo así me decía. Obviamente no la creí. Un provinciano no concibe poder ganarse la vida con algo intangible. Y qué casualidad que si hay un área en la que es factible ganarse el pan a partir de ideas es la informática.

Las startups crecen como setas después de una copiosa lluvia o como chinos detrás de un mostrador; algunas tienen un éxito inconcebible y otras se convierten en estrepitosos fracasos. ¡Qué informático no ha soñado con ser el creador del nuevo Tuenti, Facebook, Twitter o eBay!

Triunfa la idea frente a la inversión. Es realmente significativo un post que ha publicado hoy Microsiervos: se empieza a valorar enormemente el talento, la originalidad, la perspicacia, el atrevimiento, por encima de una formación plana. Es admirable el carácter democrático de la Red.

Hoy precisamente ha nacido una nueva idea en Ciudad Real: www.lanzanos.com. Se trata de una página creada para proporcionar financiación en proyectos creativos. La gente con ideas creativas puede promocionar sus ideas y conseguir un beneficio económico a cambio de ellas. El funcionamiento es muy similar al de la ya famosa www.kickstarter.com. Uno de los adaptadores de la nueva idea afirma que con esta idea pretenden «acercar a nuestro país una filosofía que está cosechando éxitos al otro lado del océano y que consiste en la auto-financiación de proyectos, permitiendo dar oportunidades a aquellos que realmente tienen una buena idea. Con lanzanos.com se evitan intermediarios y el proyecto es puro como la idea original del autor, con la suerte de hacer partícipes a cualquiera que quiera formar parte del proyecto a cambio de recompensas de intereses mutuo.» Esperemos que tenga éxito la idea a pesar de España.

Una dignidad a prueba de bombas de aire

Ciervo atrapado
Ciervo triste en Riópar, Albacete (abril 2010).

En el instituto estudiamos un año una asignatura de ética. Tuvimos que elaborar un trabajo acerca de un tema concreto y yo me decanté por los xenotransplantes, que son transplantes entre especies próximas, por ejemplo, del cerdo al humano (es el ejemplo de la wikipedia, pero hay que ver qué próximas están ambas especies). Yo me esforzaba en encontrar los argumentos definitivos de cada postura, tanto de los adeptos como de los detractores, y detrás de cada opinión de los enemigos de los xenotrasplantes se repetía la premisa de la intrínseca dignidad humana. Como si sacar a la palestra la cualidad de la dignidad eclipsase cualquier debate y se encontrase en el núcleo de la condición humana.

Me reconfortó mucho saber que tenemos un algo tan importante, tan diferenciador. Durante mucho tiempo descansé vastas argumentaciones propias sobre la almohada de la dignidad. Pero me temo que no se puede creer en la dignidad como en la piedra fundamental de la condición humana. Me temo que hay rocas más poderosas…

¿Hasta dónde se mide la dignidad de los refugiados saharauis en un sándwich de comprometidas relaciones económicas intercontinentales? ¿Cuánto pesa la dignidad de un político que quiebra sus convicciones en función del sentido del viento? ¿Cómo se valora la dignidad de un terrorista que mata y luego amenaza al juez? ¿Se llama dignidad a vivir entre basura y sin nada que echarse a la boca? ¿Qué dignidad tiene un investigador que falsea los resultados de sus avances para lograr notoriedad o ascensiones? ¿Dónde empieza la dignidad de un periodista que tergiversa la realidad de forma consciente?

A ver si esa cosa que se supone que valía tanto resulta una mierda que revienta con un petardo de peseta. Me lo podían haber explicado bien en ética.

Moody’s, iPhone & two blood barrels

¡Ja! Era mentira, todo eso de la sangre azul de la realeza, si acaso azul tendrán las venas en los dibujos de los libros de biología y el borde exterior de los vasos sanguíneos por los que circula sangre inevitablemente roja. El domingo me enteré de que tanto el Príncipe Felipe como la Reina Sofía comparten mi grupo sanguíneo, A positivo. Espero que en caso de accidente se arremanguen la camisa para ¿vigorizar? mi sangre. Me resultó curioso conocer este dato tan superfluo.

Otro dato, no tan baladí pero también relacionado con la Monarquía, del que me enteré el domingo fue del valor del flamante buque de asalto anfibio Juan Carlos I recién estrenado, el mayor navío de la flota española en toda su historia. Según varias fuentes, 360.000.000 euros. Sus características, veo en la Wikipedia, son fascinantes, aunque la mayoría no las entienda, como me suele suceder con la sección de economía de los periódicos. Lo que también se escapa a mis entendederas es su utilidad y el rendimiento de esa inversión.

Para inversión la de un empresario chino que ha encargado a una empresa de Ciudad Real el desarrollo de una aplicación informática que consiste en una red social sexual para iPhone orientada al mercado chino. Parece ser que allí en todas las discos y pubs hay wifi y gracias a esta red social un usuario de iPhone va a poder tener ordenadas a todas las usuarias en un radio de distancia determinado en función de tu afinidad con ellas a través de un perfil de gustos y aficiones. Parece ciencia-ficción y el colmo de la apatía e insensibilidad. Más aún, el iPhone vibrará cuando su propietario pase junto a un potencial ligue que tenga la aplicación activa.

Y mientras China importa conocimiento español y compra deuda griega, Moody’s rebaja la calificación de la deuda española de AAA a AA1, que no son tipos de pilas alcalinas, sino tres letras con un enorme potencial económico. Pronto China también comprará deuda española, que es casi como decir que China comprará España y tendrá un buque anfibio de 360 millones para aparcar helicópteros.

P.S. A partir de ahora y de forma ocasional se comentará alguna noticia de actualidad o se transcribirá algún diálogo callejero o de bar para ampliar el ámbito del blog. Etiqueta actualidad.