Lo mismo de siempre

Estrella Damm siempre ofrece el mejor anuncio del verano; este año, con una versión patria del «Another Sunny Day» de Belle & Sebastian de fondo musical, el spot se iniciaba con una conversación entre amigos:

– ¿Qué haremos este verano?
– ¿Cómo que qué haremos? Haremos lo mismo de siempre.

Y desde ahí un atractivo recorrido visual por los lugares comunes de las vacaciones del grupo de amigos año tras año. Es cierto que uno puede no sentirse identificado con esos días cerca del mar en una casita de alquiler con un grupo de chicas jóvenes pero sí sentirse interpelado por la pauta veraniega de imprescindible llamada.

Es el mismo viaje al aeropuerto de Barajas para recoger a los mismos de siempre que vienen del lugar de siempre a pasar los mismos días y a hacer lo mismo: leer a escondidas y abusar de la piscina. Es la misma vecina que pide que se limpie el solar que linda con su patio y el mismo vecino que pide que se cambie el botellón de lugar y la misma cansina que se queja de las avispas en la piscina. Es la misma copa y la misma cerveza a la misma hora con el mismo aperitivo y en las mismas sillas que hace medio siglo. Y es el mismo pregón con la misma pólvora después de la misma procesión con la misma banda de música. Y es el mismo «venga chicas, que nos están esperando para entrar a la cuerva» a la misma hora del mismo día para tomar el mismo vino con los mismos cacahuetes. Es el mismo amanecer fresquito y el mismo sudor en la siesta viendo la misma etapa del Tour. Y es la misma orquesta que canta las mismas canciones para el mismo público. Es la misma partida de tute con olor a viejo y ventiladores chamuscados con una baraja estrenada ayer pero que se palpa como antigua. Y es el mismo Thunderstruck antes de la emoción de la salida de siempre para correr por las mismas calles y ver a los mismos espectadores. Es todo tan lo mismo que parece mentira que sea imprescindible.

Pero, en el fondo, quizá hagan falta esas certezas, esas sorpresas esperadas después de un año, ese confort conocido, seguro que porque merece la pena.

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